Alberto Quiroga Venegas
Una mañana de camino al trabajo me detuve en la tienda de costumbre a comprar mi desayuno, ese que los estadounidenses llaman "On go" y que consiste en comer lo que se pueda mientras manejamos por horas en el tránsito cargado de la ciudad de México.
Me dice el dependiente que son 35 pesos y pago distraído con un billete de 200.
Tienes suerte -me dice- solamente tengo un billete de 100 y no tengo suficientes monedas.
¿Por qué tengo suerte? -pienso mientras recibo el cambio y noto una extraña textura en el billete. Lo reviso y veo una burda y borrosa imagen de Netzahualcoyotl. Trato de observar la marca de agua y la percibo de lodo, porque es visible a simple vista y no solamente a contraluz y determino.
Este billete es falso- y lo devuelvo.
¿En que es falso? me alega. Y respondo que basta mirarlo.
-Pues no es falso.
-Pues no lo quiero- y pongo sobre el mostrador la mercancía.
El tendero toma el billete y pide a gritos a su mujer otro billete de a 100 - ¿no que nada más tenías uno? y la mujer pregunta desde dentro. ¿Y ora por qué?
-Pues quesque es falso...
Recibo otro billete de a 100, recojo mi desayuno del mostrador y me marcho para jamás regresar a esa tienda.
Mientras tomo mis alimentos, solo y rodeado de miles de automovilistas, pienso en el billete falso. Si hay alguien distraído ese soy yo, que me tenía que encadenar las llaves de la casa al pantalón para no perderlas, pero a pesar de mi distracción la falsificación era tan burda que la he notado.
¿Cuántas veces -me pregunto- habrán pasado por mis manos billetes falsos sin que haya dado cuenta?
Entonces recuerdo que en alguna ocasión pase por una tienda y pagué con un billete de a 20 que me fue devuelto de inmediato.
Es falso -me dijeron- no sirve.
¿En que es falso? -pregunté y me responden que le hace falta un pequeño detalle en el águila.
Lo cambié por uno bueno y después revisé mi billete falso. Efectivamente, parecía bueno, pero faltaba un detalle en el ave y el papel, aunque similar, no era el que debiera. Lo doblé en cuatro y lo guardé en el fondo de mi cartera al tiempo que traté de recordar donde lo obtuve sin dar con la respuesta.
Un buen billete falso
Para que un billete falso sea tomado por bueno, debe ser lo más parecido posible a uno legal. Pero aun si esta hecho con los mismos materiales, prensas y tintas, el billete sería falso si no tiene el respaldo de un gobierno que lo emita.
Algunas personas o ideas parecen ser buenas, y es solamente un pequeño detalle el que nos demuestra su falsedad. Pero a veces por pequeño lo minimizamos y le quitamos importancia.
Circula por allí una historia de una persona deprimida que se encuentra con un amigo, quien le muestra un billete nuevo. Para demostrar que aun cuando la persona se deprima no pierde su valor, el amigo animoso arruga el billete y lo ensucia para demostrar que sigue valiendo a pesar de lo ajado. Aun cuando un billete legal esté roto, puede recuperar su valor con cinta adhesiva transparente.
En el extremo contrario, tenemos a billetes que parecen ser buenos, pero a la hora de la verdad, una leve diferencia revela su falsedad.
Todos identificamos a personas malas que nos quieren dañar cuando son muy obvias, como sería el caso de un asaltante que en una calle vacía se nos acerca con cuchillo en mano. Pero no todos identificamos a tiempo a personas que nos quieren dañar y se nos acercan con la sonrisa en la boca y la mano extendida.
De igual forma en que un billete falso se revela por pequeños detalles, aun cuando esté muy bien hecho, así los falsos amigos se revelan por pequeños detalles. La mentira y la incongruencia entre el decir y el actuar son dos de los denominadores de los falsos amigos. La ausencia en momentos de necesidad es otro de los indicadores. El ataque a nuestros valores también, aunque esto lo suelen hacer de manera velada. Por último los resultados: Un mal amigo siempre te lleva a resultados lamentables en el mediano y largo plazo.
Tintas especiales, máquinas de luz ultravioleta, marcas de agua y micro impresiones son detalles que nos ayudan a distinguir un billete falso de uno bueno. También los pequeños detalles nos ayudan a distinguir una idea o persona falsa de una buena, pero debemos estar atentos. Así como en los negocios cuidan su dinero revisando los billetes así en nuestra vida cuidemos nuestra tranquilidad revisando a quien llamamos amigo y le otorgamos nuestra confianza.
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