lunes, 29 de noviembre de 2010
El elefante y la palmera
Entre los muchos recuerdos que tengo de mi escuela, está la de un compañero que preguntaba ansiosamente si alguien había visto un elefante oculto detrás de una palmera. Nunca faltaba el despistado que respondía que no, para escuchar la burla: Qué bien se esconde ¿No?
Se dice que se puede saber lo que se oculta por la manera de tratar de ocultarlo. Muchas veces el violento oculta detrás de su agresividad un miedo tremendo a enfrentarse su pequeñez. Otros ocultan detrás del puesto o el organigrama su incapacidad de tomar decisiones. Detrás de las burlas se puede ocultar la envidia y la infidelidad puede intentar disfrazarse de aventura.
Nuestros errores no son para andarlos mostrando a todo el mundo. Podemos correr el riesgo de encontrarnos con un solapador que nos los consienta o con un aprovechado que se sirva de ellos. Pero si bien no se deben mostrar, muchas veces tratar de ocultarlos los hace más evidentes y presentes. Por eso da miedo intentar esconder mis errores tan grandes como un elefante tras complejos y pretextos tan delgados como un tronco.
Hay dos maneras de que no vean al elefante oculto detras de la palmera: O lo escondo muy bien o simplemente lo desaparezco.
Con mis errores pasa igual: Puedo esconderlos o intentar corregirlos para desaparecerlos.
jueves, 25 de noviembre de 2010
Análisis FODA: Detectando oportunidades.
Este escrito es continuacion de http://albertmingo.blogspot.com/2010/11/analisis-foda-partiendo-cachitos.html
Continuando con el tema del FODA, paso ahora al punto del entorno, donde conviven oportunidades y amenazas.
Si una empresa o persona quiere crecer, necesariamente debe buscar un cambio en lo que hace actualmente. Las oportunidades son esa posibilidad de mejora.
Con respecto a las oportunidades podemos comenzar por mencionar que no se pueden aprovechar si no se reconocen. De igual manera que con las fortalezas, solamente tomando conciencia de ellas es como pueden ser tomadas. Haciendo una analogía con el tránsito citadino, las oportunidades son rutas o vías alternas que nos permiten llegar rápido a nuestro destino, las amenazas son congestionamientos, bloqueos o hasta delincuencia en los semáforos. Mientras mejor conozcamos por donde nos movemos más agradable puede ser el viaje.
¿Cómo detectar una oportunidad? Nuevamente debemos ser muy inquisitivos, preguntarnos constantemente que hay en el medio que puedo aprovechar. Comparto contigo algunas sencillas preguntas.
¿Existe un tipo de clientes que puedo atender y que no lo he hecho?
¿Estoy atacando todos los ramos posibles?
¿Mi producto o servicio puede sustituir a otro?
¿Mi competidor está descuidando a algunos clientes que yo puedo atender?
¿Puedo modificar mis productos o servicios para satisfacer una demanda?
¿Tengo alguna capacidad que estoy desaprovechando y que se necesita en el mercado?
Respondiendo esas preguntas probablemente también detecte amenazas si las pongo en función de los demás. Por ejemplo, puede ser que una empresa competidora haya detectado que yo estoy descuidando mis clientes y comience a ver en esa falla un área de oportunidad propia.
Se dice que las oportunidades no se pierden, otros las aprovechan. Cada oportunidad no aprovechada es un paso de costado para que otro entre al quite. ¿No te ha pasado que se te ocurre una idea, pero se queda en eso y tiempo después ves que otra persona si la puso en marcha? Ese es el más claro ejemplo de que las oportunidades que dejes otros las aprovecharan.
Para evaluar si una situación es una oportunidad, es conveniente someterla a un estudio de costo beneficio. Cuánto me va a costar tomarla y cuanto obtendré de ello. Mal manejada, una supuesta oportunidad se convierte en una amenaza. El más claro ejemplo que puedo darte de ello es aquel que se presenta cuando un cliente fuerte y poderoso somete a una pequeña empresa a un pedido muy grande. Lo he visto varias veces. La empresa pequeña se deshace de algunos clientes por no poderlos atender, se enfoca casi al 100 para atender a su "gran" cliente, quien le pone condiciones en precios y entregas que pueden llegar a ser lesivos. Y si de golpe cesan los pedidos, la empresa se queda sin el cliente grande y sin los pequeños que hizo a un lado.
Pero recordemos que siempre hay riesgos y que deben ser tomados, pero inteligentemente. Podemos moldear una oportunidad para no tomarla toda y si la parte que nos conviene. Retomando el ejemplo del párrafo anterior, se puede negociar con la empresa grande para no tomar todo el pedido sino una parte o maquilar para no desatender a los clientes actuales, para estar prevenidos ante un cambio en la tendencia.
Las oportunidades están. Poner atención en ellas nos ayuda a detectarlas y obviamente, a utilizarlas.
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martes, 23 de noviembre de 2010
Creer en alguien
A
Dicen que para dejar huella uno debe tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Yo creo que se puede dejar huella creyendo en alguien, ayudándolo a encontrar un valor aparentemente oculto o perdido.
Por estos días en diferentes conversaciones he confirmado como puede influir en una persona el que crean en ella. Maestros que han creído en sus alumnos los han transformado de flojos a brillantes, madres que han creído en sus hijos los han llevado de pecadores a santos, líderes han transformado personas de oscuras a brillantes.
Cuando entré a la primaria no sabía ni leer ni escribir. Pasaron los meses y yo seguía igual. Mi maestra estaba desconcertada y la directora mando llamar a mi papá para informarle que me iban a regresar a pre-primaria y si allí no funcionaba me sacarían de la escuela porque seguramente tenía yo un retraso mental. Recuerdo a mi padre discutiendo con la directora, ella lo amenazó con reprobarme el año y mi padre le dijo que si yo reprobaba, reprobaba y ya, pero que de ninguna manera permitiría que me regresaran de grado, que yo era muy inteligente y que aprendería a leer muy rápido. Confiado en lo que dijo mi padre, aprendí en pocas semanas y salve el año.
Mi padre creyó que era muy inteligente y yo le creí a él. Ese recuerdo de mi padre defendiéndome no se me borró nunca y muchas veces lo use como antídoto ante situaciones y personas que intentaban demostrarme que yo era muy bruto.
En esto me considero afortunado, la numerosa gente que ha creído en mi ha resultado como una inyección de adrenalina en momentos difíciles. De allí constato la importancia de creer en alguien.
Por mi parte y como justa retribución, he creído en muchas personas. Algunas no han merecido esa confianza ni ese afán, pero los considero el pago de llegar con otras que si lo merecen y que me permiten trascender.
Claro está que al leer estas líneas probablemente estarás recordando a algunos que te han defraudado; pero insisto, ellos son el pago o el riesgo de creer. A mí también me han defraudado y he aprendido a alejarme rápido, aun así insisto en creer pero inteligentemente. No se trata de confiar ciega o tontamente, la confianza también se gana. Pero a pesar de los fracasos debemos darnos la oportunidad razonada de seguir creyendo y transformando. Eso nos lleva a permanecer más allá de nuestro nombre o nuestra imagen.
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Dicen que para dejar huella uno debe tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro. Yo creo que se puede dejar huella creyendo en alguien, ayudándolo a encontrar un valor aparentemente oculto o perdido.
Por estos días en diferentes conversaciones he confirmado como puede influir en una persona el que crean en ella. Maestros que han creído en sus alumnos los han transformado de flojos a brillantes, madres que han creído en sus hijos los han llevado de pecadores a santos, líderes han transformado personas de oscuras a brillantes.
Cuando entré a la primaria no sabía ni leer ni escribir. Pasaron los meses y yo seguía igual. Mi maestra estaba desconcertada y la directora mando llamar a mi papá para informarle que me iban a regresar a pre-primaria y si allí no funcionaba me sacarían de la escuela porque seguramente tenía yo un retraso mental. Recuerdo a mi padre discutiendo con la directora, ella lo amenazó con reprobarme el año y mi padre le dijo que si yo reprobaba, reprobaba y ya, pero que de ninguna manera permitiría que me regresaran de grado, que yo era muy inteligente y que aprendería a leer muy rápido. Confiado en lo que dijo mi padre, aprendí en pocas semanas y salve el año.
Mi padre creyó que era muy inteligente y yo le creí a él. Ese recuerdo de mi padre defendiéndome no se me borró nunca y muchas veces lo use como antídoto ante situaciones y personas que intentaban demostrarme que yo era muy bruto.
En esto me considero afortunado, la numerosa gente que ha creído en mi ha resultado como una inyección de adrenalina en momentos difíciles. De allí constato la importancia de creer en alguien.
Por mi parte y como justa retribución, he creído en muchas personas. Algunas no han merecido esa confianza ni ese afán, pero los considero el pago de llegar con otras que si lo merecen y que me permiten trascender.
Claro está que al leer estas líneas probablemente estarás recordando a algunos que te han defraudado; pero insisto, ellos son el pago o el riesgo de creer. A mí también me han defraudado y he aprendido a alejarme rápido, aun así insisto en creer pero inteligentemente. No se trata de confiar ciega o tontamente, la confianza también se gana. Pero a pesar de los fracasos debemos darnos la oportunidad razonada de seguir creyendo y transformando. Eso nos lleva a permanecer más allá de nuestro nombre o nuestra imagen.
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lunes, 22 de noviembre de 2010
Análisis FODA: Partiendo cachitos
(Este escrito es continuación de: http://albertmingo.blogspot.com/2010/11/analisis-foda.html)
Analizar no es otra cosa que separar, de allí viene su sentido etimológico. Si te encargan un análisis de sangre, donde tú ves un líquido rojo los laboratoristas ven una mezcla con Glucosa, Urea, Creatinina, Acido Urico, Colesterol y Triglicéridos. Vamos a platicar de cómo comenzar el análisis tomando como ejemplo esto de la sangre.
Puede ser muy complicado pararte frente a lo que vayas a estudiar aplicando el FODA a menos que lo vayas separando como la sangre. Una sugerencia es que vayas visualizando diferentes actores y recursos para irles descubriendo a cada uno de ellos cualidades o desventajas.
Dependiendo de la sencillez o complejidad de una empresa, puedes comenzar con El Personal, las Instalaciones, las Herramientas y los Equipos de Trabajo, los Métodos de Trabajo, los Productos y los Servicios.
Recordando de la introducción que una Fortaleza es todo aquello que nos pone (o puede poner) en situación ventajosa frente a competidores, clientes o proveedores y que una Debilidad es lo contrario, procedamos a escribir en sus respectivas columnas lo que vayamos apreciando. Hazte tantas preguntas como consideres conveniente para descubrir fuerza y debilidad. Yo te doy algunos ejemplos.
Personal
¿Está capacitado? ¿Cuentas con él cuando hay presión? ¿Tiene iniciativa? ¿Exige mucho y trabaja poco? ¿Atraen o ahuyentan a los clientes?
Instalaciones
¿Son lo suficientemente amplias? ¿Se las presumes a tus clientes? ¿Favorecen tu trabajo? ¿Están limpias y ordenadas?
Herramientas y Equipos
¿Te sirven para hacer todo lo que necesitas? ¿Los usas en todo su potencial? ¿Conoces sus capacidades máximas?
Métodos de Trabajo
¿La forma en la que hacen las cosas es la mejor? ¿Revisas constantemente maneras de optimizar? ¿Favorecen la producción?
Productos y servicios
¿Sabes en que son mejores o diferentes de la competencia? ¿Conoces todas sus características? ¿Sabes todas las necesidades que pueden satisfacer?
Conocer mis puntos fuertes es muy importante por una simple razón, no los puedo utilizar si no los conozco. Aunque parece imposible que alguien posea una fortaleza sin conocerla, durante algunos diagnósticos me ha tocado descubrir equipos o herramientas que tiene años guardadas o sin utilizar, rechazando trabajos por no "tener" con que hacerlos, mientras esas máquinas están allí, avejentándose.
También he conocido personas con excelente trato personal, pero que carecen de la suficiente cantidad de ventas porque esperan a que les llamen los clientes para comprar en lugar de salir a buscarlos utilizando precisamente está capacidad de relación.
Por el contrario, no es raro escuchar a gente que se la pasa vendiendo sus debilidades. Le piden una producción y antes de saber la fecha de entrega ya está pidiendo tiempo extra mencionando que ese proceso es muy tardado porque no tiene toda la capacidad que quisieran. Si el cliente no sabía o temía eso, descubrirle esta debilidad le hace dudar.
Con una buena lista de Fortalezas y Debilidades, podemos tomar conciencia para aprovechar unas y compensar u ocultar las otras.
Si tu producto tiene la debilidad de no tener el precio mas bajo del mercado pero al mismo tiempo tiene la fortaleza de tener un buen margen de utlidad en costo beneficio, debes manejar las negociaciones en el largo plazo y no en el precio.
Vuelvo a mencionar que lo interesante del FODA es que jugando un poco con la imaginación, podemos transformar una debilidad en fortaleza y estar atentos de que el proceso no ocurra en sentido contrario.
Por ejemplo, un personal muy capacitado puede ser una fortaleza, pero si eso deriva en soberbia y cae en el juego de demostrarle al cliente que se sabe más que él, los conocimientos pueden derivar en una actitud perjudicial a la empresa.
En teoría unas instalaciones amplias y espaciosas pueden ser una fortaleza, pero si acaban como bodega de todo lo que no quiere el dueño en su casa lo convierte en una debilidad por la mala imagen. He visto salas o muebles abandonados en patios de fábricas, cosa que no sucedería si las instalaciones fueran más pequeñas y obligaran al dueño a buscar otro "depósito".
Para ir cerrando, el inventario de Fortalezas, tanto actuales como potenciales, nos ayudan en nuestras negociaciones con clientes y proveedores, nos dan ventaja frente a los competidores, sí las utlizamos para inclinar la decisión hacia nosotros.
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miércoles, 17 de noviembre de 2010
Análisis FODA
Considerado una herramienta de cambio, el análisis FODA permite evaluar el potencial interno y el entorno de una empresa para establecer estrategias de desarrollo, acciones y planes.
El nombre viene de los cuatro conceptos sujetos a estudio. F-ortalezas, O-portunidades, D-ebilidades y A-menazas.
Las fortalezas y debilidades definen la situación interna de la empresa. Las primeras se refieren a cualquier condición o característica que la situé en posición ventajosa frente a competidores, clientes o proveedores. Las segundas se refieren a todo aquello que la pone en desventaja.
Por su parte, oportunidades y amenazas se refieren a lo externo, al mercado, indicando áreas de crecimiento o expansión en el caso de las oportunidades y en lo que a amenazas se refiere se contemplan peligros que puedan reducir las ventas o hasta acabar con la empresa.
Como en todo, el análisis puede ser tan sencillo o elaborado como se quiera. Se puede contratar a un consultor externo para elaborarlo o se puede comenzar con un ejercicio simple en una hoja de papel dividida en cuatro por una cruz, para asignar un espacio a cada concepto. Después basta anotar en su correspondencia todo aquello que vayamos identificando como fortaleza, debilidad, oportunidad o amenaza. Ejemplos de fortalezas pueden ser contar con personal calificado y comprometido, equipos de trabajo actualizados y eficientes, información técnica de primera mano y revisión continua de procedimientos de trabajo.
Hablar de debilidades es mencionar por ejemplo maquinaria obsoleta, personal poco calificado y comprometido, alto tiempo de respuesta, baja capacidad económica, ausencia de controles administrativos y falta de liderazgo.
Las oportunidades pueden ser descubrir un mercado que requiere de atención, la detección de una necesidad poco satisfecha, la posibilidad de ofrecer por nuestra parte un sustituto más económico y eficiente o la generación de una demanda para un producto novedoso fabricado por nosotros.
Las amenazas tienen sus ejemplos más comunes en los ataques que manda la competencia, en los cambios de tendencia del mercado hacia productos diferentes a los nuestros, el crecimiento en el poder negociador del cliente o en políticas gubernamentales que incluso pueden provocar que ramos completos desaparezcan.
Lo interesante del análisis FODA es que permite a quien lo realiza tener una visión diferente y completa de su negocio. Muchas personas no venden sus fortalezas sino sus debilidades y no detectan ni las oportunidades hasta que se pierden ni las amenazas hasta que se ven lastimados.
Una empresa que sabe sus fortalezas las puede utilizar de mejor manera. Me ha tocado conocer empresas que tienen una fuerza tremenda pero dormida, a veces ni siquiera saben que la tienen o paradójicamente la ven más como una debilidad. Con las debilidades puede suceder lo contrario, que no las conozcan y por ello las estén mostrando constantemente a todo el mundo diciendo "pégame por aquí".
En cuanto a las oportunidades y amenazas, ya conociendo fortalezas y debilidades pueden ser mejor aprovechadas unas y repelidas las otras. Si un competidor te quiere atacar con mucha fuerza y tu fortaleza es la rapidez de respuesta puedes compensar el ataque con velocidad, por ponerte un ejemplo.
Por último, algo interesante del análisis FODA es que podemos darnos cuenta que con habilidad, una debilidad se puede transformar en fortaleza y una amenaza en oportunidad y también podemos prevenirnos de lo contrario, porque muchas empresas descuidan sus fortalezas y acaban por convertirse en su punto débil.
A nivel personal también se puede realizar un análisis de este tipo. Yo suelo sugerírselo a quienes están buscando trabajo, ya que les será más fácil "venderse" ante el entrevistador al tener conciencia de su fuerza y debilidad. Concentrados en lo positivo y conscientes de ello, quienes se postulan a un puesto pueden utilizar sus fortalezas para empatarlas con las oportunidades que está buscando la empresa.
A nivel personal también se puede realizar un análisis de este tipo. Yo suelo sugerírselo a quienes están buscando trabajo, ya que les será más fácil "venderse" ante el entrevistador al tener conciencia de su fuerza y debilidad. Concentrados en lo positivo y conscientes de ello, quienes se postulan a un puesto pueden utilizar sus fortalezas para empatarlas con las oportunidades que está buscando la empresa.
Prometo ampliar un poco más este tema tomando como introducción el presente capítulo.
martes, 16 de noviembre de 2010
Escribiendo en internet
Aunque no la entienda del todo me las tengo que ver con internet todos los días. Ya es mi herramienta de trabajo.
Invierto mucho tiempo revisando el correo y tratando de contestar todo lo que me llega en una sola cuenta. Por eso me admira qué haya personas que tienen cinco o seis correos personales. Lo sé porque cuando envió una cotización y llamo para el seguimiento, llego a escuchar: ¿A cual me lo enviaste? ¿Al de hotmail o al de Gmail? Porque ahorita el que mas ocupo es uno de hotmail pero no el que te di sino otro que abrí con el mismo login pero terminacion 68, ora que si me lo enviaste al de terra, ese solamente lo uso para una exnovia que aun quiere conmigo, que es igual al de mi tarjeta pero ves que ese es de prodigy, claro, a menos que te haya dado el de cablevisión que me acaban de dar porque contraté cable...
El internet lo intento usar para comunicarme, pero para que se dé ese proceso se necesita un emisor y un receptor y muchas veces mando un mensaje y no se si lo demás lo reciben porque poca gente da respuesta. No me gusta arriesgar y si el correo es importante, tengo que llamar para confirmar que lo recibieron y muchas veces hasta molestia encuentro cuando escucho un "Claro que lo recibí, me lo mandaste, ¿No?" Sé que lo mande, eso no significa que llegó, que lo leyeron y que no hay dudas, pero entiendo que la gente ve las cosas desde su perspectiva.
Soy muy afortunado. Tengo amigos con quienes he compartido proyectos, aventuras, ratos de ocio y hasta dificultades, tal vez por eso no me hallo en las redes sociales, donde me siento frío y ajeno. Acostumbrado al trato personal y con un motivo en común con quien me relaciono no me explico porque Juani Zarza quisiera ser mi amiga si está en Argentina, no la conozco, no sabe bien quien soy ni que hago, nunca le escribo y ya le dije que no soy el Alberto Quiroga de la ciudad de Mendoza, Arg. que ella conoció alguna vez en una fiesta, por lo tanto me entristecen aquellos que tienen cientos de amigos en Face Book y se siguen sintiendo solos.
Suelo escribir para quienes me conocen. No encajo en los blogs donde se pelean personas que no se conocen defendiendo temas que el tiempo revela intrascendentes y agrediendo a gente que nunca han visto. Que si Ronaldo es mejor jugador que Messi es una pregunta que puesta en un foro para provoca que miles intenten demostrar que el mejor de los dos es el Chicharito Hernández o cualquier otro jugador. De allí pasar a discusiones racistas, homofóbicas y agresivas es una sola cosa. Y mientras tanto esos jugadores bien tranquilos en Europa.
Claro que en cadena de cuestionamientos llego al tema de mis escritos y mi blog, y me pregunto por qué sigo escribiendo si son muy pocos los que responden. A eso yo mismo me contesto con algunas palabras de ustedes amigos, agradeciendome estos afanes. Y es en ese momento, cuando internet nos sirve para acortar distancias y acercar corazones, que recuerdo mi naturaleza humana y voy entendiendo muchas de estas cosas.
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jueves, 11 de noviembre de 2010
El principio del desorden
Uno de los trabajos más extenuantes y menos reconocidos es el del hogar. Quien hace el quehacer suele decir que nunca se acaba, que siempre hay algo que limpiar, arreglar o corregir. Por ser desgastante, en ocasiones se buscan alternativas y una que he escuchado muchas veces es la de cerrar un cuarto o varios para evitar tener que arreglar.
En teoría suena como una buena alternativa. Cerrar un cuarto una vez que se ha limpiado para descansar de su acomoda diario puede parecer atractivo, pero lo que se conoce como "el principio del desorden" se presenta aun sin la intervención humana. Un cuarto cerrado se llena de polvo, el aire se envicia, los insectos se enseñorean saliendo de quien sabe dónde, los materiales se vencen y se rompen, dañando los muebles y adornos. Abrir un cuarto cerrado es encontrarse con trabajo de limpieza.
Y si esto sucede con un cuarto arreglado y cerrado, en instalaciones abandonadas el desgaste es más dramático. Crece la vegetación, se cuartean las paredes y pisos, se zafan tornillos, se pudre la madera y el óxido corroe los metales.
La única manera de mantener el orden es inyectándole energía porque no hacer nada ayuda al desorden.
En la física se tiene muy claro este Principio del desorden, también conocido como Principio de Irreversibilidad. Para explicarlo se usan algunos ejemplos como es el caso de una baraja acomodada con todas las cartas cara arriba. Si la metemos dentro de una bolsa y la agitamos, al sacar las cartas estarán en desorden y para volverlas a ordenar se requerirá mucho más trabajo que el que invertimos para desordenarlas. Nadie podría pensar que un buen método para volverlas a acomodar sería el meterlas nuevamente a la bolsa y repetir los movimientos que hicimos en la primera agitación.
Estas son las reglas del juego. Desordenar es fácil, ordenar requiere de esfuerzo.
Pero el hombre, acostumbrado a violar leyes, intenta hacerlo también con este principio del desorden. Llegamos a creer que las cosas se arreglan por si solas, que si cerramos los ojos los problemas van a desaparecer y muchas veces se clausuran "cuartos" confiando en que permanecerán ordenados.
Hay situaciones que tienen implicaciones y en las que es muy seductora la idea de mirar hacia otro lado. Pero cerrar un cuarto significa ceder espacio y abrirlo tiempo después significa decepción.
¿Cuándo cerramos un cuarto? A veces lo hacemos cuando decimos "ese no es mi problema" a pesar de que sabemos que sí lo es y cuando en nuestro interior algo nos dice que lo que está pasando está mal pero nos zafamos de hablar en contra de ello con un "cada quien su vida".
Aunque la teoría nos tiente para hacernos de lado el principio nos recuerda que quien no ayuda al orden está cooperando con el desorden.
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viernes, 5 de noviembre de 2010
Hasta donde quieres llegar...
La frase ¿Hasta donde quieres llegar hoy? se hizo famosa por Microsoft, quien la utilizó como lema publicitario. La pregunta es muy interesante porque me consta que la mayoría no se la formula y mucho menos se la contesta.
Mucha gente sobrevive cual zombie y trabaja porque todos trabajan, compra lo que todos compran y ve los programas que todos ven. Por la falta de objetivos pocos son realmente concientes de lo que están haciendo.
¿Hasta dónde quiero llegar? debería de ser una pregunta constante y mientras la respuesta nos mande más lejos, más empeño pondremos en preparar el camino si es que queremos realmente llegar allá. La realidad es que muchos empleados no ven más lejos del día de quincena, los estudiantes no alcanzan a ver más allá del fin de año escolar o la próxima entrega de calificaciones y los empresarios a veces no pasan del aguinaldo que está próximo y que representa gastos.
El día de ayer, un asistente a las conferencias que impartimos, ante mi invitación a participar en la cena anual de la empresa intentó zafarse del pago del boleto argumentando que quien sabe si llegue al 4 de diciembre. Le contesté que si tenía pensado morirse, podría dejarme pagado el boleto y marcharse en paz. Confrontado con la idea de morir, este hombre de sesenta años me dijo que tenía planeado vivir por lo menos 10 años más.
Sé que nadie tiene la vida comprada pero ¿Por que sólo 10 más? me pregunté mentalmente y recordé una interesante plática de un experto en envejecimiento que mencionaba que aquel que se ha hecho a la idea de que va a morir a los 60 años, a los 50 o 55 baja su ritmo de trabajo y abandona los planes a largo plazo porque ya se va. Pero si todos nos hicieramos el plan de vivir por lo menos 100 años, a los 40 seguiríamos cuidando el cuerpo, la mente y el espíritu porque aun falta más de la mitad de la vida por vivir.
El efecto psicológico de esto es interesante. Por analogía, lo podríamos comparar con los carros que dan las compañías a sus empleados: Quienes no quieren hacer carrera en la empresa los descuidan y maltratan, los usan con la clara idea de que no son suyos y de que no les va a durar más de dos años, ya sea el auto o el empleo.
Preguntarnos a dónde vamos nos puede ayudar a evitar desgastes y recorridos infructuosos. Quien no hace planes desperdicia sus esfuerzos, quien los hace exclusivamente a corto plazo genera respuestas de corto plazo. Quien hace planes en el largo y el eterno plazo es capaz de desarrollar esfuerzos sorprendentes.
Y en parte depende de plantearse la pregunta y responderla adecuadamente.
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jueves, 4 de noviembre de 2010
Partiendo de la base equivocada
Un inversionista quiso hacer un edificio para alquilarlo a profesionistas, la idea era hacer una torre de despachos médicos, contables y jurídicos.
El problema comenzó cuando contacto a un arquitecto al que le convenía construir una escuela y éste le envió una propuesta para hacer una, en donde en unos planos muy profesionales se veían claramente las aulas, los laboratorios, la biblioteca y la cafetería. Los rechazó indicando que estaba mal y recibió por respuesta que si los salones eran muy pequeños se podrían agrandar.
Después recibió una invitación para inscribir la escuela en una asociación de Colegios particulares. Le llegaron cotizaciones de proveedores de pupitres, pizarrones y material didáctico. Su correo se llenó con cientos de currículos de profesores que buscaban ocupar puestos de director y maestro y una distribuidora de dulces y botanas le hizo una propuesta para hacerse cargo de la venta de comida a los alumnos. Hasta recibió solicitudes de inscripción al examen de admisión.
El inversionista comenzó a dudar de si realmente quería hacer una torre de despachos.
Actualmente veo que se está partiendo de bases equivocadas, a tal grado que algunos dudan de si las que teníamos originalmente siguen siendo válidas. Muchos padres ya no saben qué papel adoptar frente a sus hijos y menos se atreven a ponerles límites.
En estos días escuche un comercial en la televisión donde se invita a los niños a votar vía mensaje de celular (con costo, obviamente) para elegir entre tres diferentes programas. Se les dice a los niños que ellos tienen el control para definir qué es lo que quieren ver y cómo se le está pidiendo un pago a un menor de edad, la televisora se cubre con una sugerencia: "Consulta con tus padres antes de enviar el mensaje".
Primero le dicen al niño que tiene el control, lo invitan a gastar y después le sugieren que consulte. Pero eso de consultar me suena a que si ya te decidiste simplemente avisa.
Los niños ya no piden permiso, a lo mucho consultan o avisan.
Es excelente que los niños tomen decisiones, si partimos de la base que tiene la capacidad y madurez para todas las decisiones que se les está invitando a tomar. Pero la realidad es que infantes y jóvenes están sometidos perversamente a propuestas que en realidad son manipulaciones que aprovechan precisamente su falta de capacidad y madurez. Tal es el caso de la publicidad que manda un mensaje de libertad a costa de pasar sobre la autoridad de los padres, simplemente para esclavizar por medio del consumismo.
Una fábrica alemana de autos utilizó un comercial en el que un joven desoye los consejos de sus familiares adultos para adquirir un auto para poder sentirse en libertad a pesar de aceptar que lo que le dicen padres y abuelos es válido. Antagónicamente, los jóvenes quedan esclavos de una falsa idea de que no se puede ser libre a menos que desoigas consejos y tengas posesiones. Este concepto repetido muchas veces, con diferentes enfoques pero con el mismo objetivo, causa muchos problemas a los padres actuales, que deben lidiar con ideas que muchas veces van en contra de las bases que ellos tuvieron.
Al papel del padre y la madre, de guías y responsables ahora se le transforma en simples proveedores, en muchos casos casi oligofrénicos. Los viejos, que antes daban consejos, ahora sirven para ejemplificar el estorbo y son motivo de risa. La figura de los padres está completamente ausente en muchos programas de televisión y demasiados bebes de hoy están siendo educados por sus abuelos ¿Quién y cómo educará a los bebes de la siguiente generación?
Y gracias a todo esto, muchos están dudando de sus propios principios, como el inversionista de nuestra historia, con la tentación de dejarnos llevar, aceptar esas reglas que no nos checan y decir simplemente: En este mundo nos toco vivir.
Hablando de cimientos, por el sismo del 85, en la Ciudad de México se cayeron muchas instalaciones dedicadas a la maquila de ropa y murieron muchas costureras: Esos edificios estaban planeados inicialmente como habitacionales, con una carga estática y dinámica muy diferente para la que estaban siendo utilizados cuando se derrumbaron.
Toda sociedad funciona y se mantiene mientras no se atacan sus cimientos, que la historia nos marca en los conceptos de Familia, Trabajo, Valores espirituales, Patriotismo, Esfuerzo y disciplina. ¿No son acaso estos mismos valores a los que constantemente se atacan en la publicidad y los medios de comunicación y entretenimiento?
Estamos en una sociedad que está buscando asentarse en bases que no la podrán sostener. Si bien al mundo consumista de hoy le convienen jóvenes que no produzcan y gasten, ese mismo mundo consumista mañana se encontrará con un gran número de adultos improductivos.
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martes, 2 de noviembre de 2010
No tengo ni idea…
Cualquiera que guste de enfrentarse a lo desconocido ha dicho la frase. Cualquiera que busque zafarse de problemas también.
No tengo ni idea es un recurso muy socorrido para aquellos que les dicen a los demás “No me preguntes a mí” o “búscate otro culpable”.
¿Alguien sabe por qué no funciona la copiadora? No tengo ni idea, puede ser la respuesta, aderezada con algunos adjetivos peyorativos entre las palabras ni e idea.
Pero no es a ellos a quienes dirijo este escrito sino a aquellos a quienes la búsqueda de respuestas parece detenerse ante un callejón sin salida y allí sí, con toda la humildad del mundo, reconocer que no saben cómo salir de un atorón.
Son muchas las ideas que han cambiado la vida para bien a quienes las desarrollaron. Los inventores son el más claro ejemplo de esto. George de Mestral inventó el velcro y eso les ha ahorrado broncas a las mamás que se han olvidado de batallar con agujetas, cierres y botones para vestir a los niños al ir a la escuela. Un simple juntar ambas cintas y ya, la lonchera asegurada, el zapato ajustado y la chamarra cerrada. Y de paso volvió rico a Mestral.
Pero parece que no todos somos un Mestral, un Edison o un Bill Gates, a quienes esas ideas brillantes fluyen sin cesar. La realidad es que al común de nosotros las ideas parecen esconderse y ponerse en huelga de brazos caídos.
Pero aquí viene algo interesante, si no tenemos ideas no es por falta de capacidad sino por falta de habilidad para generarlas. Todos somos inventores en potencia y si no recuerda la última vez que llegaste tarde a una cita o a tu casa, tal vez la historia que inventaste podría servir de base a una novela de Julio Verne.
La realidad es que las ideas no llegan por si solas. Nosotros solemos ver los resultados de las investigaciones pero pocas veces ponemos atención en el proceso, tiempo y esfuerzo para lograr ese resultado. Por eso si una idea no nos llega con la “rapidez” esperada esto acaba por desesperar.
Algunas consideraciones:
Los procesos creativos no son aleatorios, no dependen de la suerte. Los inventores suelen llevar un proceso definido, tomar notas, comparar y probar, probar y probar.
El esfuerzo y la motivación son fundamentales. Un inventor considera los fracasos como aprendizajes. Edison mencionaba que cada que fallaba en su intento por inventar la bombilla en realidad descubría una forma en la que no se podía fabricar, por lo tanto se acercaba a su objetivo.
Cubrir una necesidad es importante para ser creativo. Arrojar pintura contra una pared y después buscarle forma puede servir para tener un minuto de fama en la televisión, pero los procesos creativos permanentes son el resultado de llenar una necesidad. Bill Gates se propuso colocar una computadora en cada hogar mientras otros científicos consideraban que la computadora tendría exclusivamente cabida en grandes universidades y empresas. Con base en esa idea, Gates buscó hacer más accesible y amigable el uso de las computadoras y trabajó arduamente para ello.
Involucra todo tu ser. Es mentira que pensemos exclusivamente con lo que se genera dentro del cerebro. Nuestros sentidos mandan constantemente información y mientras más manden mejor. Algunos inventores recordaban la infancia llena de carencia, el estómago vacío, los piquetes de las pulgas y eso los motivaba a seguir creando. Beethoven, escondiéndose de su casero, retomó los golpes en la puerta de su casa para escribir la famosa entrada de su Quinta sinfonía.
El sentido más utilizado es el de la vista, pero el que recibe más estímulos es el del tacto, (la piel es el órgano más grande del cuerpo) constantemente sentimos frio o calor, presión, rugosidad o lisura. Pero a este sentido y a los del olfato, oído y gusto acabamos por perderles potencia por descartarlos. Pon más atención a lo que sientes con toda tu piel, cambia el oír por el escuchar, detente a percibir olores y no comas aprisa, para que utilices el gusto. Esto alimentará más tu cerebro y tendrá más elementos para escoger.
Si quieres ser creativo, júntate con gente creativa. Si no la tienes a la mano, lee historias de inventores, pero ponle atención a todo el proceso y no te quedes únicamente con los resultados que se publican en las biografías de la papelería.
Edison, después de cientos de intentos por inventar la bombilla, después de cientos de bombillas fundidas, a pesar de cambiar las condiciones del filamento y del voltaje, se sentó a una mesa y dijo: “Ahora sí, mi cerebro está vacío”.
Y en ese momento recordó que en el vacío no existe combustión, extrajo el aire de una bombilla y la encendió sin que se fundiera.
Así que ánimo. Si quieres ser creativo, no tener idea no es el final, es el principio.
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