lunes, 2 de noviembre de 2009

Lista de contactos

Alberto Quiroga Venegas

Uno de las actividades más provechosas en los humanos es detenerse a reflexionar sobre su vida. Pensar duele, cuesta y puede ser peligroso, por eso a muchos no les conviene que pensemos. Pero a nosotros si.

Nos conviene pensar y reflexionar porque es de nuestra inteligencia de donde podemos sacar los ingredientes para ser mejores y felices.

Hace algunos años, cuando el Papa Paulo VI dijo la frase: Joven, piensa lo que quieras, pero piensa; muchos se escandalizaron y dijeron estaba dando permiso a los jovenes de que piensen lo que fuera.

La razón que dio Paulo VI fue muy sencilla, pues explicó que en realidad los jóvenes (y los demás, agregaría yo) por lo general no piensan y dejan su destino en manos de los demás. Si un joven piensa, aunque piense mal, será guiado por una razón natural que a la larga lo llevará de manera lógica a la verdad.

Pero si un joven no piensa toda su vida será manipulado.

En nuestra vida, muchos de los errores que cometemos son el fruto de no pensar, de no reflexionar.

Detengamonos un momento a pensar seriamente porque somos así, porque nos vestimos así, porque nos agreden las virtudes o los defectos de otras personas.

Si no sabes por donde comenzar a reflexionar te dare una pequeña tarea, si tú lo quieres.

Revisa tu lista de contactos del correo.

¿A quién tienes por compromiso?
¿Quién es ese a quien le mandas correos que ni conoces y no sabes porque está allí?

¿A quién tienes que pedirle perdón?

¿A quién debes eliminar porque no es conveniente su amistad o su relación contigo?

¿Quién es quien desearias que ya no te envie correos?

¿A quién tienes por amistad?

¿A quién no le has escrito y sabes que requiere de tus palabras?

Con este sencillo ejercicio constatarás que la reflexión es como una noble planta que siempre da buenos frutos.
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