martes, 22 de febrero de 2011

Viendo lo obvio


Dora es una niña de seis años que cada día tiene que resolver un problema. La acompañan su mochila y su mapa y durante su viaje varias veces le pide apoyo a los niños que ven su programa para encontrar ya sea un camino, objeto o personaje. Cuando un adulto ve el programa, le puede pasar por la mente que el programa es muy bobo, que Dora es un tanto torpe porque pregunta cual es la montaña más grande a pesar de que es evidente o cuestiona por que camino se debe ir cuando hace apenas unos segundos el mapa le indicaba que por el verde.

Ya sea Dora la Exploradora, las Pistas de Blue, la casa de Bear o el que quieran, los programas educativos infantiles insisten mucho en enseñar a los niños a reconocer y las preguntas son muy socorridas como un motivador a pensar. Y aunque parezcan bobos, bien analizados, cumplen su función para niños pequeños.

En el mundo de los adultos, es escuchado burlas a la simpleza de estos programas. Muchas de estas burlas se basan en que estos programas tratan a los niños como deficientes y que se les podría exigir más.

A mi me gustaría que alguien se tomara la opción de ayudarnos a los adultos a ver lo obvio, así como Dora o la perrita Blue le enseñan a los niños a ver lo propio. Me duele ver a adultos una y otra vez tomar el camino rojo cuando el mapa de la experiencia, la cordura y los valores le dicen que tome el verde. Me gustaría que alguien fuera tan insistente como Dora para recordarnos que es importante prepararnos y llevar mochila y plan cuando emprendemos un proyecto de vida y así tal vez no existirian tantos matrimonios y negocios fracasados. Dora resuelve problemas, no los evade.

Es obvio que si descuidas tu negocio va a quebrar, es obvio que si no cuidas el amor de tu pareja se acabará, es obvio que si nunca estás con tus hijos ellos le pediran consejos a otras personas, es obvio que si abusas del cigarro, la bebida o el trabajo tu cuerpo te lo cobrará.

Es obvio, pero pareciera no serlo.

Por eso cuando veo a Dora preguntar una y otra vez ante lo que está a nuestra vista, no pienso que es muy boba. Por el contrario, reflexiono en cuantas veces he cerrado los ojos ante lo evidente.
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