Querido amigo:
Aprovechando este día de la Amistad, quiero darte las gracias por lo que en toda la extensión representa tu amistad.
Gracias por no sucumbir a mis debilidades y por ayudarme en mis capacidades.
Gracias por negarte a recorrer conmigo el camino fácil de la complacencia y la complicidad, donde todas mis torpezas habrian tenido cabida cómoda...
Gracias por tus críticas amorosas, que se rehusan simplemente a dejarme ser como era para llevarme a ser como debo ser...
Gracias por las veces que me animaste sin esperar a ser animado, por las veces que me ayudaste sin desear ser ayudado...
Gracias por ese consejo duro que me ayudo a dar el golpe de timón justo a tiempo para salvar el barco...
Gracias por recordarme que debo ser eterno en esos momentos cuando me sentía más intrascendente...
Gracias por ser el espejo fiel donde pude ser lo suficientemente humilde para reconocer mis capacidades y mis deficiencias...
Gracias por levantar mi cara para enfocarla al Cielo en esos momentos difíciles en los que tenía mis ojos clavados en el suelo...
Gracias por permanecer firme cuando los demás huyeron...
Gracias por ser quien me ayuda a crecer sin aprovecharse de mi pequeñez, que me ayuda a dar sin lucrar con mis carencias...
Con toda la magia posible que encierran estas dos palabras...
Gracias amigo
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