Alberto Quiroga V.
Parece llegar al final el caso de la niña. Poco fiable el dictamen de la autoridad, persiste la duda del por qué tardar cinco semanas para determinar que fue muerte accidental y muchas otras cosas más que poco a poco se iran olvidando por dejar de ser noticia.
A mi me surge una pregunta: ¿Qué tanto hay de Paulette en el caso de Paulette?
De todos los que vertieron su opinión sobre el caso ¿Cuántos realmente se pusieron en el lugar de la niña? ¿Cuántos realmente hicieron propio el dolor y el sufrimiento de su desafortunada muerte?
En cuanto se anunció el resultado de las investigaciones, varios programas de radio re-aprovecharon la noticia para preguntarles a sus escuchas si valía la pena seguir hablando del caso Paulette. Muchos decidieron que ya estaban hartos del tema y que había cosas más importantes. Escondidos en el anonimato de las redes sociales, abundaron los comentarios ofensivos. "Ya chole con el tema" comentaron algunos. Claro, como Paulette no era su hija.
A la pequeña niña la ocuparon de noticia, de arma política, de tema vende periodicos y hasta de pretexto para sacar a relucir ese consuelo de tontos que es el mal de muchos al argumentar que no se vale que hagan tanto ruido por una niña rica que se muere mientras hay cientos de niñas pobres que sufren, lo que se me hace muy inhumano, pues ella no es culpable porque su familia tenga dinero.
Ocupar el fallecimiento para atacar a adversarios políticos, rellenar programas sensacionalistas y condenar sin pruebas a sus padres, me dice que había muy poco de humano en el caso. Tomarla para chistes y bromas me confirma lo mismo.
La pequeña niña no es la primera y desafortunadamente no va a ser la última víctima de esos seres in-humanos en que nos hemos convertido. No hay duda que para quien la quiera bien, todo este proceso ha sido traumante y doloroso.
Y así como con ella, al hablar de la muertas de Juárez, de los decapitados, de los niños de la guardería ABC y del pobre hombre atropellado cuya foto se presenta sin pudor en la portada de un periódico, estamos hablando de seres humanos, no de tema de noticias que valen en cuanto excitan a la gente. Estoy seguro que todos ellos víctimas serán recordados por alguien que sufre aun cuando dejen de ser noticia para todos los demás.
Como sociedad nos hemos vuelto muy duros para juzgar, muy insensibles para bromear y muy rápidos para olvidar. Nos interesa mucho el morbo y muy poco el dolor. Nos encanta el sensacionalismo, nos importa muy poco la persona.
Por eso me pregunto ¿Qué tanto hay de humano, es decir, de Paulette (q.e.p.d.), en el caso de Paulette?
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