Ver las cosas con sentido del humor es una de las estrategias para hacer menos pesada una situación difícil. Si bien la línea entre el sentido del humor y otras actitudes como la inmadurez o desfachatez es a veces muy ténue, ver el lado amable de las cosas ayuda a encontrar las más de las veces la salida.
Durante algunos años leí al humorista argentino Aldo Cammarota, quien tenía una pequeña columna en el Heraldo de México llamada "Desde USA con humor". De allí saqué una frase que me ayuda a encontrar humor cuando las cosas están para echarse a correr.
"Cuando pienses que todo va mal, piensa que todo estaría peor si las uñas crecieran hacia adentro"
Si. Por increíble que parezca, recordar que todo puede estar peor, nos puede ayudar a pensar que también se puede estar mejor.
En una ocasión, mientras montabamos una exposición y llevabamos un considerable retraso, faltaban materiales y personal de trabajo alguien me dijo que las cosas no podían estar peor y le dije que sí, que podiamos haber sufrido un accidente o la muerte de un familiar por la mañana. Las cosas si podian estar peor, así que la situación que estabamos viviendo en ese momento si bien era complicada, no era por mucho la peor.
Al final se resolvió el problema, avanzamos y la tensión del momento poco a poco se pierde en el olvido.
Aldo Cammarota en alguna ocasión escribió: Tengo una hija que se viste como Madonna y un hijo que actúa como Rambo. ¡Claro! La cosa podría ser peor, podría tener una hija que actuará como Rambo y un hijo que se vistiera como Madonna.
Aprendiendo de Aldo, desde hace algunos años, he jugado un juego. Ahora tengo 41 años y por momentos caigo en la nostalgia de recordar cuando tenía 20. Añoro la capacidad física y otras cosas más. Pero vivir en el pasado no ayuda y si perjudica. Ahora lo que juego es pensar que tengo 60 años y que añoro cuando tenía 41 y digo: Estoy en la edad que desearía vivir.
Jugar con los escenarios puede ayudarnos a vivir mejor con nosotros mismos.
Y si, no se me olvida la inseguridad, la crisis económica, el peligro de un rebrote de influenza, la falta de trabajo ni muchas otras cosas más. Pero mientras me ocupo de lo que puedo y tengo que hacer, pienso que todo sería peor si las uñas crecieran hacia adentro.
Lo cual me anima a reir, me ayuda a centrarme en lo bueno y me hace sentir mejor.
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