En 1842, Andreas Doppler, un científico austriaco, le dió una explicación científica a lo que todos hemos experimentado sensiblemente en nuestras vidas cuando un objeto ruidoso en movimiento pasa cerca de nosotros y se aleja: Parece que el sonido es diferente cuando venía que cuando ya ha pasado.
Ya sea una ambulancia o un camión que suena su claxón, notamos que cuando vienen hacia nosotros el sonido es más agudo que cuando ya han pasado. Cuando la fuente del sonido se acerca hacia nosotros, a la velocidad propia del sonido se le agrega la de la fuente. Cuando se aleja, la velocidad se le resta y por ello cambia la frecuencia con la que la recibimos. Si bien la fuente del sonido es la misma, la forma en la que se percibe es diferente.
Durante un viaje familiar, siendo yo niño, nos hospedamos en un hotel que estaba junto a una carretera transitada y muy ruidosa. Los miedos infantiles no me dejaban dormir y una y otra vez escuche el extraño efecto del cambio en el sonido de los camiones que se acercaban y alejaban. Ya en la secundaria, los esquemas del famoso libro ABC de Física me aclararon el misterio.
El efecto Doppler se aplica, además de la acústica, al electromagnetismo y a la astronomía, donde se utiliza para calcular el movimiento de los astros.
En nuestra vida diaria, existe lo que podríamos llamar un efecto Doppler emocional, puesto que no apreciamos de la misma forma las acciones cuando vienen hacia nosotros que cuando nosotros las provocamos.
Dos personas nos quedamos de ver pero una no asiste: No es lo mismo que me dejen plantado a que yo sufra una complicación que me impida asistir a la cita.
Dos personas tenemos una relación comercial pero una no cumple con el pago: No es lo mismo que no me paguen porque el otro es un abusivo a que yo no pague porque la situación está complicada.
Solemos minimizar el daño que hacemos y magnificar lo que nos hacen.
Al igual que cuando escuchamos diferente la sirena de una ambulancia, cuando viene y se aleja, sentimos más grave una acción cuando es contra nosotros que cuando nosotros la hacemos en contra de alguien más. El Efecto Doppler me invita a reflexionar acerca de la regla que nos pide tratar a los demás como nos gustaría que fueramos tratados y a no hacer lo que no nos gustaría que nos hicieran.
Así que en lo personal aprovecharé los descubrimientos de Doppler para recordar que en esta vida toda acción tiene dos sentidos, uno hacia quien produce la acción y otro hacia quien la recibe.
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martes, 21 de julio de 2009
El efecto Doppler
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