Uno de los escritores que más me gusta es Giovanni Guareschi, quien nació en Italia y es conocido generalmente por sus libros de Don Camilo, un cura de un pequeño pueblito sin nombre de la región Baja (La Bassa).
Guareschi tiene una forma muy especial de escribir, con un humorismo muy fino, inteligente y tal vez por esto es poco leído.
Tener un humorismo inteligente en un mundo que no lo es no suena muy inteligente. Ser anticomunista en un mundo al que le seducía la supuesta libertad del comunismo tampoco sonaba muy inteligente. Sin embargo, Guareschi era muy inteligente.
El no escribió para las masas. Escribió para quienes quisieran leerlo y escribió porque así se lo dictaba su conciencia. No tuvo bestsellers, pero seguramente tiene un lugar en el cielo. En esto es en lo que él mostró su inteligencia.
Decía yo que Guareschi manejaba un humorismo muy fino. Uno de los capítulos de una de sus novelas comienza así:
“Fulminador, apodado Ful, era el perro de Don Camilo. Antenore Cabezza, apodado Fulminador, era uno de los hombres fuertes de Pepón. De los dos Fulminadores el que tenía más materia gris era el perro: Con esto está dicho todo”
Guareschi habla de las cosas normales y de ellas saca bellas reflexiones.
En otro de sus libros, platica cómo cuando regresó del campo de concentración alemán en el que estuvo preso durante la segunda guerra mundial, encontró un Italia destruída, donde bajo los escombros se pudrían los cuerpos de sus familiares, pero encima se respiraba el aire de la renovación. “Que diferencia –menciona él- entre la Italia pobre del 45 y la pobre Italia del 65, donde se respira un olor a sexo, cloaca y perdición”
Este pasaje lo he recordado muchas veces, cuando veo que alguien se pierde por un poco de poder y digo: “Que diferencia entre el hombre pobre que conocí y el pobre hombre que ahora veo”
^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*^*
Vale la pena leer a Guareschi. Vale la pena ir a buscar sus libros entre los libros usados porque será difícil que lo encuentres en una librería de nuevo. Guareschi es un escritor cercano, podría ser tu vecino. No ocupa palabras rebuscadas, ni dobles sentidos ni necesita hacer uso de temas escabrosos para ocultar una falta de originalidad. No, es un ser humano como tú y como yo. Expone sus ideas en forma clara y precisa, refleja su forma de pensar en sus escritos y no los acomoda a la moda o a la conveniencia. En suma, es una persona integra que reunió cualidades de buen escritor y de buena persona.
El que no encuentra un biógrafo ha de forjarse la vida él mismo.
Guareschi tiene una forma muy especial de escribir, con un humorismo muy fino, inteligente y tal vez por esto es poco leído.
Tener un humorismo inteligente en un mundo que no lo es no suena muy inteligente. Ser anticomunista en un mundo al que le seducía la supuesta libertad del comunismo tampoco sonaba muy inteligente. Sin embargo, Guareschi era muy inteligente.
El no escribió para las masas. Escribió para quienes quisieran leerlo y escribió porque así se lo dictaba su conciencia. No tuvo bestsellers, pero seguramente tiene un lugar en el cielo. En esto es en lo que él mostró su inteligencia.
Decía yo que Guareschi manejaba un humorismo muy fino. Uno de los capítulos de una de sus novelas comienza así:
“Fulminador, apodado Ful, era el perro de Don Camilo. Antenore Cabezza, apodado Fulminador, era uno de los hombres fuertes de Pepón. De los dos Fulminadores el que tenía más materia gris era el perro: Con esto está dicho todo”
Guareschi habla de las cosas normales y de ellas saca bellas reflexiones.
En otro de sus libros, platica cómo cuando regresó del campo de concentración alemán en el que estuvo preso durante la segunda guerra mundial, encontró un Italia destruída, donde bajo los escombros se pudrían los cuerpos de sus familiares, pero encima se respiraba el aire de la renovación. “Que diferencia –menciona él- entre la Italia pobre del 45 y la pobre Italia del 65, donde se respira un olor a sexo, cloaca y perdición”
Este pasaje lo he recordado muchas veces, cuando veo que alguien se pierde por un poco de poder y digo: “Que diferencia entre el hombre pobre que conocí y el pobre hombre que ahora veo”
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Vale la pena leer a Guareschi. Vale la pena ir a buscar sus libros entre los libros usados porque será difícil que lo encuentres en una librería de nuevo. Guareschi es un escritor cercano, podría ser tu vecino. No ocupa palabras rebuscadas, ni dobles sentidos ni necesita hacer uso de temas escabrosos para ocultar una falta de originalidad. No, es un ser humano como tú y como yo. Expone sus ideas en forma clara y precisa, refleja su forma de pensar en sus escritos y no los acomoda a la moda o a la conveniencia. En suma, es una persona integra que reunió cualidades de buen escritor y de buena persona.
El que no encuentra un biógrafo ha de forjarse la vida él mismo.
Giovanni Guareschi
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