viernes, 23 de enero de 2009

No me preocupa la crisis

Alberto Quiroga V.

No me preocupa la crisis, lo que me preocupa es como un pueblo educado por gente como Adal Ramones, la va a enfrentar.

Nuestro México sólo vive el aquí y el ahora ¿Cómo hablarle de trascendencia a un pueblo que no ve más allá de la quincena? ¿Cómo convencer de preocuparse por el México del 2030 a aquellos que no tienen la educación suficiente para saber que hoy estamos construyendo el México del mañana?

No me asustan los problemas, lo que me asusta es la gran cantidad de personas que se ven beneficiadas con que estos no se resuelvan y por ello nos seguiran afectando a los demás. Mientras nuestros políticos se despedazan unos a otros, por fin han hallado un punto de acuerdo y es la cantidad ofensiva que se han asignado de aguinaldo y de bonos de compensación. A la oposición le conviene la crisis porque tiene punto de ataque al gobierno y a éste último le conviene también porque encuentra la justificación ideal a su incapacidad de resolver problemas.

No me preocupa que haya menos dinero, me preocupa la insatisfacción y la desesperación que está generando en un pueblo despilfarrador y mal administrado. Un pueblo que cambia su dignidad por unos cuantos pesos, que se desnuda ante las cámaras por unos billetes de a 100 que le ofrece Facundo o que ventila su vida privada para salir en la televisión en el show de Cristina o similares. Un pueblo que gasta dos mil pesos por un boleto de un partido de futbol y se despedaza a golpes por sus ídolos que cambian de camiseta cada seis meses y la sudan pocas veces.

No me quita el sueño la crisis económica. Me quita el sueño la crisis de valores, que han hecho del dinero un fin y no un medio y donde los narcotraficantes y extorsionadores merecen tener un corrido, pero nadie se acuerda de los científicos. Donde una persona vale por lo que tiene, aun cuando lo haya obtenido robando, envenenando o matando. Donde se ataca a la familia en aras de una supuesta libertad y donde los valores como la fidelidad y el amor se ridiculizan llevándolos a una simple conveniencia.

Las mentiras siempre salen a la superficie. Nuestros políticos nos dicen que vamos bien pero en la calle la realidad que se respira es otra. Se habla de educación y se nos presumen los miles y miles de profesionistas que salen cada año de universidades, muchas de ellas "patito", para acabar frustrados manejando un taxi o en el comercio ilegal. Los maestros suspenden clases para exigir sus "derechos" en lugar de formar a los próximos políticos para que en 20 años se les de el sueldo derocoso que todo pueblo educado debe dar a sus buenos maestros.

Se nos habla de que somos más grandes que la crisis y que saldremos de esta. Bonitas palabras, pero la realidad nos dice que muchos pueblos no superaron las crisis. Pregúntense por qué una ciudad como Teotihuacan, con 45 mil habitantes, simplemente desapareció, o por qué ya no existe el Imperio Babilonio.

En este tiempo de crisis no es momento de palabras, es momento de acciones y acciones fuertes y trascendentes, que vayan más allá del fin de quincena o de las próximas elecciones.

2 comentarios:

  1. me parese buena su forma de expresion hojala que los ciudadanos nos dieramos cuenta de la situacion y tomemos en cuenta sus palabras mucho gusto en saludarlo

    ResponderEliminar
  2. muy buencomentario hojala los ciudadanos nos dieramos cuenta la situacion y entendieramos que ay que reaser las nstituciones y obligar a nuestros funcionarios que se pongan a trabajar para poder salir adelante por la familia para dejarles un mundo mejor felizidades.
    J VALDENEGRO

    ResponderEliminar