martes, 27 de enero de 2009

¿A quién no se le ha descompuesto un auto?


Hoy por la mañana, camino a la escuela de mis hijos, un auto se descompuso y recibió un saludo a su "impertinencia" con gritos y bocinazos.


¿A quién no se le ha descompuesto un auto? Es terrible ir tranquilamente y que de golpe el motor se pare. Ahora no es cuestión de saber de mecánica y se los digo yo que algo sé de capacitación automotriz, ahora es cuestión de que si el auto falla tal vez la única solución sea remolcarlo así que antes de criticar recordemos: ¿A quién no se le ha descompuesto un auto?


En alguna ocasión, también camino a la escuela de mi hijo (sólo tenía uno en ese entonces) por querer ganar camino me metía entre calles secundarias para evitar los congestionamentos de las vías primarias. En esos laberintos de la ciudad de México conocer atajos puede representar diferencias de minutos o incluso horas.


Callejoneando ibamos una hilera de vehículos cuando mi llanta delantera cayó en la coladera destapada del día. Al ser mi coche de tracción delantera comenzó a patinar el vehículo y quede atorado. Me baje para buscar solución cuando escuche un grito: "Súbete, súbete" y vi que los conductores de los otros autos se bajaban y entre seis o siete cargaron mi coche para que hiciera contacto la llanta y se desatorará. Corriendo todos regresaron a sus autos.


Al desatorarme, desbloqueé la calle y los demás pudieron pasar. Ni un reproche, ni un bocinazo, sólo la ayuda solidaria.


Pocas veces he visto ese tipo de ayuda. Somos más prestos a señalar al que se equivoca que a ayudarlo. Estamos muy prontos a criticar pero muy lentos para brindar la mano.


¿Habrá quien descomponga su auto a propósito? ¿Habrá quien diga: "Hoy quiero una dote de mentadas y voy a reventar mi radiador? Yo creo que no.


Hagamos una diferencia entre quien sufre un problema y quien provoca un problema.

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