miércoles, 21 de enero de 2009

El burro y la camiseta.

(AQ) 29-07-2003


Dice la fábula que una ciudad estaba a punto de ser invadida. Los habitantes huían con las pertenencias que podían llevar, y

mientras tanto, un burro pacía despreocupadamente.

Un caballo muy agitado se acerco a él y le dijo: "¿estas loco?¿por qué no huyes?.

A lo que el burro respondió: Amos son los que se van, y amos son los que llegan, los dos pegan igual.

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Muchos empresarios se quejan de la falta de apego por la empresa que muestran sus empleados.

En las juntas empresariales, es común escuchar frases como esta: "Mi gente no se pone la camiseta".

En actitudes totalmente indiferentes, como el burro de nuestra fábula, los empleados suelen ver pasar las crisis sin involucrarse, sin poner de su parte para resolver lo que les compete.

Pero la cultura de la camiseta como sinónimo de involucramiento, hace creer a muchos empresarios que a la firma del contrato, o a la aceptación del trabajo va unida un amor por la empresa.

"Necesito que te pongas la camiseta", dice el empresario, y los empleados, las más de las veces, responden, "Con todo gusto me la pongo, pero dámela".

No es difícil encontrar a empresarios, que buscan que su gente se preocupe por la empresa, más de lo que ellos mismos están dispuestos a preocuparse. En pocas palabras, no sólo quieren que el empleado se ponga la camiseta, quieren que también la compre, como es el caso de empresas que le exigen a quien trabaja para ellas, que aporten parte excesiva de su tiempo libre, que pongan a disposición de la empresa equipo (computadoras, autos o teléfonos) o que entreguen trabajo intelectual por el cual no han pagado.

Cuando el trabajador es utilizado y golpeado como el burro de la fábula, ve a la empresa como un mal necesario, y le da lo mismo estar en una que en otra. Amos son los que se van, y amos son los que llegan. Todos te pagan igual.

Terminando la reflexión sobre la fábula, podríamos entresacar que el mejor trato que recibía el caballo por parte de los amos, obtuvo para estos un poco más de lealtad. Por eso el caballo no pensaba igual que el burro.

Perdonándome ustedes la comparación entre personas y animales, creo sinceramente que a veces basta un poco de buen trato para obtener más de la gente.

Si quieres que tu gente se ponga la camiseta, regálasela, y regálale la mejor que puedas.

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