jueves, 27 de mayo de 2010

¿Qué tanto hay de Paulette?

Alberto Quiroga V.

Parece llegar al final el caso de la niña. Poco fiable el dictamen de la autoridad, persiste la duda del por qué tardar cinco semanas para determinar que fue muerte accidental y muchas otras cosas más que poco a poco se iran olvidando por dejar de ser noticia.

A mi me surge una pregunta: ¿Qué tanto hay de Paulette en el caso de Paulette?

De todos los que vertieron su opinión sobre el caso ¿Cuántos realmente se pusieron en el lugar de la niña? ¿Cuántos realmente hicieron propio el dolor y el sufrimiento de su desafortunada muerte?

En cuanto se anunció el resultado de las investigaciones, varios programas de radio re-aprovecharon la noticia para preguntarles a sus escuchas si valía la pena seguir hablando del caso Paulette. Muchos decidieron que ya estaban hartos del tema y que había cosas más importantes. Escondidos en el anonimato de las redes sociales, abundaron los comentarios ofensivos. "Ya chole con el tema" comentaron algunos. Claro, como Paulette no era su hija.

A la pequeña niña la ocuparon de noticia, de arma política, de tema vende periodicos y hasta de pretexto para sacar a relucir ese consuelo de tontos que es el mal de muchos al argumentar que no se vale que hagan tanto ruido por una niña rica que se muere mientras hay cientos de niñas pobres que sufren, lo que se me hace muy inhumano, pues ella no es culpable porque su familia tenga dinero.

Ocupar el fallecimiento para atacar a adversarios políticos, rellenar programas sensacionalistas y condenar sin pruebas a sus padres, me dice que había muy poco de humano en el caso. Tomarla para chistes y bromas me confirma lo mismo.

La pequeña niña no es la primera y desafortunadamente no va a ser la última víctima de esos seres in-humanos en que nos hemos convertido. No hay duda que para quien la quiera bien, todo este proceso ha sido traumante y doloroso.

Y así como con ella, al hablar de la muertas de Juárez, de los decapitados, de los niños de la guardería ABC y del pobre hombre atropellado cuya foto se presenta sin pudor en la portada de un periódico, estamos hablando de seres humanos, no de tema de noticias que valen en cuanto excitan a la gente. Estoy seguro que todos ellos víctimas serán recordados por alguien que sufre aun cuando dejen de ser noticia para todos los demás.

Como sociedad nos hemos vuelto muy duros para juzgar, muy insensibles para bromear y muy rápidos para olvidar. Nos interesa mucho el morbo y muy poco el dolor. Nos encanta el sensacionalismo, nos importa muy poco la persona.

Por eso me pregunto ¿Qué tanto hay de humano, es decir, de Paulette (q.e.p.d.), en el caso de Paulette?
.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Marca Acme

Alberto Quiroga V.

Una de las caricaturas más estresantes es sin duda la del Correcaminos y el Coyote, en la que además de alterar la cadena alimenticia, los constantes fracasos, unos más absurdos que otros, provocaron en muchos una insatisfacción que solamente pudo ser encauzada por un millonario japonés que encargó, se dice, que le dibujaran un episodio en el que finalmente el coyote atrapa a la veloz ave.

Para cazar al correcaminos, es decir, para lograr el éxito, el Coyote ocupaba constantemente productos especiales y en teoría maravillosos de la marca Acme, famosa por esa serie animada en la que ofrecía desde cohetes hasta despertadores, a tal grado que se convirtió en sinónimo de productos que no funcionaban pero que al mismo tiempo eran populares.

Curiosamente, nosotros tambien tenemos nuestros productos Acme, que si bien están siempre disponibles rara vez funcionan y me refiero a nuestros malos hábitos y sus respectivas justificaciones.

Los extranjeros, sobre todo los que vienen de paises desarrollados, se asombran de la laxitud que tenemos los latinos para el manejo del tiempo. La impuntualidad va desde minutos hasta horas y siempre aparecen nuestras justificaciones marca Acme, que nunca funcionan y siempre acaban dañándo más nuestra imagen (El tránsito, las marchas, las obras viales, el despertador que no sonó, me citaste a otra hora, acuerdate...)

También tenemos nuestros pretextos marca Acme para no quejarnos de la corrupción (Nadie hace caso) o para seguir contaminando (Es nada mas un papelito o una colillita de cigarro). También hay argumentos para no corregir a los jóvenes (La juventud es así) o para tolerar las injusticias que sufren otros (Ya le tocaba).

Nuestras disculpas marca Acme casi siempre estallan en nuestra cara (Te juro que te hable para cancelar la cita) o acaban aplastándonos (Se que te pedí una última oportunidad y te volví a fallar)

Muchas veces oi el mismo comentario de diferentes personas: ¿Por qué el coyote, si tiene dinero y tiempo para pedir tantas cosas, no manda pedir un pollo rostizado?

También la pregunta es la misma: ¿Por que si nuestros malos hábitos nos causan tanto daño, seguimos alimentándolos con pretextos en lugar de modificarlos?

¡Beep, beep!

viernes, 14 de mayo de 2010

La sospecha razonable de la SB1070

Alberto Quiroga V.

La ley anti-inmigrantes de Arizona ha causado mucho enojo y molestía. Con la nueva normativa, los agentes podrán detener a cualquiera persona para verificar sus documentos de identidad en caso de que tengan una "sospecha razonable" de que pueda ser indocumentada. De allí a asociar a cualquiera que no tenga papeles con delincuencia hay sólo un paso.

¿Qué es una sospecha razonable? ¿El color de la piel o la forma de andar? ¿La forma de vestir? ¿El idioma o el tono al hablar?

Muchas personas y asociaciones están molestas y con razón porque la "sospecha razonable" deja abierta la puerta a la discriminación, a que se imponga la fuerza y no la razón, a que se pondere el odio y no el amor.

Pensando en estas injusticias, me he ido vagando por mi México y me he encontrado con otras "sospechas razonables" que nadie ataca y que muchos toleran.

Por ejemplo, te registras en un hotel y te obligan a firmar un voucher con la "sospecha razonable" de que si consumes algo tal vez no lo quieras pagar y te fugues del lugar como delincuente, por ello se protegen. Sospechan que les puedes robar.

Una chica pueblerina no encuentra trabajo en la ciudad, es asedia y molestada por la policía y humillada por la sociedad por la "sospecha razonable" de que todas esas mujeres son iguales, vividoras y sin ganas de hacer algo, condenándolas a no tener acceso a estudios o empleos dignos. Aun con papeles, aquí discriminamos a los mismos paisanos.

Los mexicanos no somos libres de elegir a quien queremos sino a quienes nos propongan los partidos políticos, por la "sospecha razonable" de que somos inmaduros para la democracia y necesitamos que nos lleven de la mano y nos guien esos cojos y ciegos que han demostrado ser nuestros gobernantes.

Las televisoras nos ofrecen basura con la "sospecha razonable" de que no estamos (ni debemos estar) preparados para una televisión más abierta, cultural, formadora e inteligente.

Miles de mujeres son golpeadas y agredidas por celos con la "sospecha razonable" de que algo hicieron y nuestra sociedad machista sigue tolerando a los agresores.

Y yo en lo personal, he cometido injusticias con quienes me rodean con la "sospecha razonable" de que son como yo no quiero que sean, adoptando un papel de juez que no me corresponde.

Todas esas actitudes injustas y discriminatorias tienen mucho de sospecha y nada de razón. La SB1070 no sólo se aplica en Arizona.
.

martes, 11 de mayo de 2010

Guía para criticar al maestro

Alberto Quiroga V.
Aprovechando que ya viene su día, me atrevo a publicar la "Guía para criticar al maestro"

Se que el mismo título resulta ocioso, así que no dudo que la guía en si resulte más, pero considerando que tanto tomo como imparto clases, me arriesgaré a la crítica por partida doble.



Guía de Crítica al Docente.


Condiciones previas

Para criticar al maestro se deben cubrir como mínimo los siguientes requisitos.

a) Interesarte por la verdad. No se puede criticar a un maestro por el simple testimonio de tu hijo. Por mucho que lo quieras, el puede jugar un juego doble, contándole una historia diferente a sus maestros y a ti mismo. Asegúrate de lo que dice o hace.

b) Conocer el nombre del profesor en cuestión. No se vale criticarlo si nunca asistes a las juntas de padres, ni te preocupas por hacerle saber que eres el papá o mamá de Fulanito o Zutanita, peor aun si tu mismo hijo no sabe decirte su nombre y solamente te lo menciona por su apodo.

c) Informarte del tema a criticar. No se valen frases como "yo me imagino que está mal", "me acuerdo que a mí me lo enseñaron diferente" o cualquiera otra que denote que no estás plenamente seguro de lo que vas a comentar.

d) Criticar delante de tu hijo, pero sin intención de hacer saber el desacuerdo al maestro.

e) Estar dispuesto a llevar la crítica hasta sus últimas consecuencias, ya sea esta aceptar que tú o tu hijo están mal o en el caso extremo contrario, solicitar que el caso sea discutido con el superior del maestro.



Condiciones para la crítica en si.

a) Solicitar cita exponiendo el motivo de ella.

b) Hacer la crítica de frente y con argumentos.

c) Que la crítica sea constructiva y con el afán de que tu hijo salga mejor preparado, no para demostrar que sabes más que el maestro.



Que evitar:

a) El espíritu condenatorio, que lleva a revisar constantemente los cuadernos en busca de errores o criticar cualquier trabajo, tarea o petición del maestro.

b) El involucrar temas personales. Si un maestro te lastimó en el pasado, no te desquites con otro en el presente.

c) El afán protagónico. En una lucha de egos, gane quien gane perderá tu hijo.

d) Adoptar el papel de cliente. En este caso, no porque tú pagas tú mandas (a menos que veas a tu hijo como mercancía).



Durante la crítica recordar que:

a) El maestro tiene la obligación de instruir, tú tienes la obligación de educar.

b) El maestro no puede modificar hábitos adquiridos en la casa por años, en unos cuantos meses de aula.

c) La crítica es como un espejo y el maestro también está en su derecho de hacerte observaciones.



Estrategias deseables:

a) Busca en el maestro un aliado y no un enemigo. Hazle saber que estás allí con un afán de corregir lo que está mal, no para evidenciar.

b) Demuestra compromiso. La cita es el inicio, no el fin.

c) Involucra a tu hijo en el problema. Si está en lo cierto, lo enseñaras a defender sus derechos. Si está equivocado, aprenderá que toda mentira o baja de rendimiento tiene sus consecuencias negativas.
.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Catálogo de injusticias

Alberto Quiroga Venegas

Se me ocurre un experimento.

Supongamos que queremos hacer un catálogo de injusticias y le pedimos a los participantes que nos ayuden con propuestas. Considerando la mentalidad humana, el listado sería de injusticias sufridas pero no de las cometidas, y de allí sería injusto, pues tal vez son más las que cometemos que las que padecemos y el listado quedaría incompleto.

Hablando de injusticias, lo que nos hacen tiene un peso mucho mayor que lo que hacemos. Pero en consciencia, nuestro actuar tiene una responsabilidad de nuestra parte porque eso es nuestra elección. Yo no puedo decidir que los que van detrás de mí en la calle no me insulten si mi auto falla. Pero si puedo optar por no insultar a quien sufre la avería. Tampoco puedo evitar que alguien hable mal de mí, difamándome, pero si puedo evitar difamar a otros.

Si fuéramos capaces de hacer un catálogo de las injusticias que hacemos y de las cuales minimizamos (porque así nos conviene) sus efectos, podríamos hacer algo de inmediato para resolverlas porque está en nuestras manos. Hacer un catálogo de las injusticias sufridas podrá ser desgastante, porque muchas de ellas no pueden ser evitadas o el recuerdo se ha encargado de hacerlas cada vez más grandes.

Leí una vez una frase de un escritor del cual no recuerdo el nombre y que dice así: Jamás hagas daño a nadie conscientemente, el mal que hacemos sin darnos cuenta basta y sobra para abrirnos las puertas del infierno.

Dejando de lado la discusión teológica de si existe el infierno o de que no se peca si no hay consciencia, la frase por si misma nos regala una reflexión importante: Tal vez hemos recorrido está vida dañando a quienes tenemos cerca, no a propósito, pero a final de cuentas dañando. Y en la lista de personas dañadas pueden estar nuestros padres, hermanos, hijos, pareja y amigos. Cosa terrible, pues es con quien más justos debemos ser.

Claro que si no nos damos (o queremos dar) cuenta de las injusticias que hacemos pues tampoco las podremos catalogar. Así que la opción sería comenzar por las que si tenemos presentes aunque arrumbadas en la memoria. Después, continuar buscando esas injusticias que hacemos sin darnos cuenta buscando en el espejo de los demás, observando lo que ellos hacen sin notar pero que nuestro ojo crítico si capta. Siendo humanos como somos compartimos genes y por tanto compartimos la potencialidad de virtudes y defectos.

Identificando esas injusticias, que no por inconscientes dejan de dolerle a quienes las cometemos, ya será nuestra decisión sacarlas de catálogo. De nuestro catálogo.
.

martes, 4 de mayo de 2010

Como las bombas atómicas

Alberto Quiroga V.

El arsenal nuclear del mundo es uno de los ejemplos más absurdos de lo que hace el hombre por defenderse pues el potencial explosivo de las bombas existentes es capaz de destruir a la población mundial por completo. Se calcula, por ejemplo, que la tecnología es tan rápida en su respuesta que bastaría que una potencia mandara una bomba para que todas las demás respondieran de inmediato en una guerra sin vencedores.

En estos días el Pentágono dijo que tenía 5,113 ojivas nucleares en su arsenal hasta septiembre del año pasado, comparado con más de 31,000 en 1967 durante la Guerra Fría. De todas formas cinco mil suenan a muchas y supongo que son más potentes que las anteriores. No tengo idea de la cantidad exacta pero me imagino que ha de costar muchísimo dinero mantener a las bombas disponibles y a punto. Miles de personas deben vivir alrededor y para el sistema de defensa y ataque de los países, monitoreando pantallas, revisando controles, dando mantenimiento a la infraestructura o simplemente trapeando y limpiando las instalaciones.

Y todo para qué ¿Para mantener un arsenal que difícilmente puede ser utilizado sin causarse un propio daño?

Por nuestra parte, ¿Quién no nos dice que andamos cargando una bomba atómica en nuestro interior, supuestamente para defendernos pero con riesgo de acabar con nosotros mismos?

¿Cuántos sentimientos tenemos, supuestamente para protegernos, pero que no podemos utilizar sin hacernos daño a nosotros mismos?

Ejemplo de estas "bombas atómicas" que nos cuesta trabajo mantener es el resentimiento que alimentamos, que nos ata al pasado, que nos impide olvidar lo que nos daña y que nos lleva a lastimar a quienes nos aman. Así como el arsenal nuclear se encuentra oculto y a resguardo, así solemos ocultar esos sentimientos que nos aislan de los demás. De igual forma que mantener esas armas cuesta mucho dinero, cargar esos sentimientos es muy desgastante.

Durante la Guerra Fría, las potencias hacían alarde de su poderío y exhibieron armas con orgullo, cuando deberían sentir vergüenza por tenerlas. También podemos desfilar con sentimientos que supuestamente nos protegen de los demás pero que esconden a una persona temerosa. Durante esos desfiles se escuchan frases como: "Conmigo nadie se mete", "Ya me la hicieron y ahora me la van a pagar", "He sufrido bastante y ya le toca sufrir a otro" y cosas por el estilo.

Bombas de ira, rencor, envidia, egoísmo, soberbia y demás deberían entrar en un proceso inmediato de desarme. ¡Aceptémoslo, no las podemos usar sin dañarnos a nosotros mismos!
.

lunes, 3 de mayo de 2010

El problema de personas desaparecidas

Alberto Quiroga V.

Por desgracia cada vez son más frecuentes los correos que nos avisan del robo, extravío o desaparición de una persona. Por desgracia también este tipo de correos nos muestra la indiferencia del ser humano.

Consciente de que al decir esto pisaré algunos callos, me da la impresión de que en muchas ocasiones el reenvío de estos correos es más un zafarse de la culpa que el buscar de manera efectiva ayudar. ¿En qué me baso? En lo siguiente:

-Muchos correos me los reenvian con errores que una persona atenta podría detectar y deducir como falsos, por ejemplo, dicen que la persona extraviada es de Chihuahua y los teléfonos mencionados tienen clave de la Ciudad de México exclusivamente y no de Chihuahua, lo que no se me hace lógico.

-Muchos de los correos han sido reenviados sin atender a la solicitud expresa que se hace en el mismo mensaje, de no dar "Forward" o "Reenviar" sino pegar el texto en un mensaje nuevo.

-Muchos de los mensajes han circulado por años y no falta el desconsiderado que le ha modificado los datos o teléfonos para que molesten a quien no tiene relación con la persona desaparecida.

Considerando que el problema de la desaparición de personas es cada vez más frecuente y que esa situación es muy desesperante para quien la vive de cerca, debemos de apoyar de una manera más eficiente a la búsqueda de ellas.

Si reenviamos correos de personas desaparecidas, procuremos que la información sea coherente, para que nuestros contactos que la reciban no de por hecho de que es real por el simple detalle de que nosotros la mandamos. Tomemos un poco más de tiempo antes de dar "Reenviar" en automático.

Si realmente nos preocupa el caso de las personas desaparecidas, informémonos de como operan estas personas. Es impensable que van a estar paseando al secuestrado por la calle. Pero si sabemos o nos enteramos de que hay algo "raro", sería importante hacer una denuncia anónima. Así es como se han resuelto muchos casos de secuestro y desaparición.

Si tenemos la desgracia de vernos cerca de un caso así, apoyemos decididamente, haciendo la aclaración a nuestros contactos para que sepan de donde viene la información.

Y si sabemos de alguien que por broma u ociosidad manda información falsa, abusando de tener fotos o datos de algún conocido, ya sea por una estúpida broma o por dañar a alguien, denunciémoslo ante la sociedad y hagámosle saber el gran daño que hacen.

El problema es demasiado grave para calmar nuestra conciencia con un simple "Forward".
.