miércoles, 11 de agosto de 2010

Buscando culpables

A

Cuentan que un hombre que acababa de morir llegó muy molesto al cielo.

Vengo a reclamar -dijo- que el ángel de la Guarda que me asignaron no hizo bien su trabajo, me he volteado en mi auto y he muerto en el accidente.

El ángel encargado del departamento de reclamaciones preguntó: ¿A qué velocidad venía usted?

-Pues a 180.

-Entonces fue por eso, el ángel de la guarda se baja cuando usted rebasa el límite de velocidad.

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Ante los problemas, una de las tendencias más perniciosas es la de ocupar esfuerzos en buscar y fabricar culpables en lugar de crear o buscar soluciones.

Aclaro: Estoy a favor de ubicar a los culpables para que se responsabilicen de lo que hicieron y se evite que se siga haciendo. Pero esto no significa que se deban sacar culpables de la nada, atribuyéndose responsabilidades a gente que no las tiene.

Buscar culpables es muy sencillo, se levanta la mano, se señala a donde sea y se dice: Allí (él o ella) está. Pero esto es muy peligroso, porque a demás de ser injusto que culpemos a quien no tiene falta, se deja libre de actuar a quien si es culpable, pudiendo ser nosotros mismos inclusive.

En la escuela, con el maestro y los compañeros, en el trabajo, con los jefes o los subalternos y en la familia, con los padres, hijos o hermanos, abundan los prospectos de culpables. Los vecinos, los políticos y los ricos también son excelentes candidatos a responsables de nuestra suerte.

Vuelvo al punto inicial. Señalar a quien provoca un daño o un problema después de un análisis y una reflexión, con pruebas, es benéfico.

El problema es cuando por sistema señalamos a los demás como culpables con una única premisa "No soy yo, es él".

Entonces comenzamos por culpar a un maestro por no enseñarle a un hijo que no quiere aprender y que se escuda en supuestos derechos. Se quiere que el niño aprenda pero molestan los maestros que exigen y que dejan tarea que entorpecen las salidas de fin de semana.

Culpamos también a un gobierno que nos gobierna "mal" sin siquiera conocer sus responsabilidades ni ejercer las nuestras votando a conciencia. Abundan los correos que culpan al Gobierno federal de cosas que son competencia del Gobierno estatal o municipal, o los que atacan al Ejecutivo por competencias del Legislativo.

Conozco gente que se queja de la crisis económica y despotrica en contra de los comerciantes abusivos, pero cínicamente presume de andar con dos o más mujeres, mermando su economía familiar.

Otros muchos culpan al gobierno de la crisis, pero abren su negocio a diferentes horas, mal atienden, roban y alejan a los clientes con prácticas desleales.

Y así podríamos continuar, pero ya me cansé de buscar culpables.
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