lunes, 5 de diciembre de 2011

Si puede salir mal...

  


En la multicitada y multiversada Ley de Murphy hay una gran reflexión (que no verdad): Sí algo puede salir mal, saldrá.

Cuando algo sale mal, algunos se escudan en Murphy diciendo que la famosa ley volvió a hacer de las suyas. Esta "ley" le sirve de pretexto a quien se siente juguete del destino, aunque la realidad es que tenemos una capacidad de influencia muy grande en lo que nos pasa o deja de pasar, por ello debemos de recordar siempre que cualquier proyecto, obra o actividad del ser humano, por tener un origen imperfecto acarrea imperfecciones en sí. No existe un proyecto libre de riesgo, siempre existe la posibilidad de falla por muy mínima que sea.

Efectivamente: Todo tiene una posibilidad, aunque sea pequeña, de salir mal, pero si se cuida puede salir bien; todo tiene riesgos y es de gente inteligente controlarlos en lo posible. Si sabes que tu memoria no es tan buena, tratar de grabarte una direccion en vez de anotarla es propiciar que te extravies. Si necesitas como mínimo de una hora para llegar a una cita salir con 60 minutos justos aumenta el riesgo de que cualquier contratiempo te haga llegar tarde. Echarle la culpa a Murphy no te hará encontrar la dirección o exculpar tu retraso.

Para minimizar los riesgos es importante identificarlos. Como se explicó, cualquier actividad tiene peligros inminentes, que si son localizados se pueden disminuir hasta niveles controlables. Por ejemplo, la simple tarea de tomar un baño de regadera puede derivar en una caída mortal, por pisar una superficie resbalosa. Sin embargo, la gran mayoría de la gente se siente protegida y a gusto en la regadera, donde difícilmente se puede pensar en morir. Usar sandalias antiderrapantes, tapetes y colocar agarraderas disminuye en mucho el riesgo. Entrar al cubo de la regadera muy borracho lo incrementa.

En la salvación del alma, el cuidado del cuerpo y la mente, en las relaciones humanas, el matrimonio, los hijos, el trabajo, hay riesgos presentes aunque no siempre evidentes. Sin caer en una paranoia, identificar los riesgos puede ser muy saludable. No se trata de vivir con miedo, se trata de prever.

Así que si algo puede salir mal... no saldrá sí se prevé.
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