Dicen que el que busca encuentra y todos siempre estamos buscando. Desafortunadamente a veces no tenemos plena conciencia de que es lo que esperamos de la vida y la publicidad, los miedos o las represiones nos llevan a desear cosas que nos dejan vacios cuando las obtenemos.
Lo he visto con compañeros de trabajo, cuando se comportan de tal manera que buscan a gritos ser despedidos. Su actitud rebelde, su baja productividad y negativismo piden que los corran. Aprovechan cualquier momento para criticar a la empresa, jefes y compañeros. Se quejan amargamente con los clientes y proveedores y piden una oportunidad para irse de esa empresa a "otra que sí los valore".
En consecuencia, o son despedidos o presionados para abandonar el trabajo y cuando están desempleados, se dan cuenta de lo torpes que fueron. Pero si encuentran nuevamente trabajo no es difícil que se vuelva a repetir el proceso.
¿Qué es lo que estamos buscando en la vida?
Un niño le pidió a su padre que lo llevara a la tienda -Quiero un algo- le dijo. En la tienda, paseó sus ojos por las vitrinas por casi un minuto y ante la presión del padre, escogió un dulce, pero todo el camino se quedó con la idea de que ese algo no era el algo que él quería.
¿Qué es lo que queremos? Todos queremos algo, pero ¿Qué es ese algo?
Reflexionar en lo que realmente deseamos nos lleva a la tranquilidad de por lo menos tener claro lo que buscamos. Porque tengo muy claro que la incertidumbre mata. Empezar un negocio, contratar una persona o iniciar una relación de pareja con muchas dudas acerca del resultado de esa decisión crea frustración.
Por el contrario, cuando se tiene bien definido lo que se desea lograr, las dificultades que se encuentren en el proceso de lograrlo se ven como retos y no como obstáculos.
A diferencia de los que no son creyentes, los que creemos en Dios, en teoría, deberíamos tener muy definido que es lo que queremos lograr y el tipo de eternidad que buscamos alcanzar. Todo lo demás sería actuar en consecuencia.
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