jueves, 8 de septiembre de 2011

Historias de lo absurdo: La confianza



Jaime le tenía plena confianza a su mujer, estaba tan seguro de ella que la golpeaba a cada rato por cualquier motivo.

Esto ya tenía años, desde novios le tenía esa confianza. Por ello desde antes de casarse ya la engañaba con otras. Al principio se cuidaba, pero cuando en una fiesta la muchacha se hizo la desentendida cuando lo vio bailando demasiado apretadito con otra, Jaime confirmo que su mujer era una mujer de confianza.

Nunca le llamaba para avisarle que no iba a llegar. Para qué, si confiaba plenamente en que a la mañana siguiente lo recibiría como si nada. Y lo que era confianza en el plano sentimental brinco también a otros planos. Confiaba plenamente en ella en lo que a dinero tocaba, porque no importaba que Jaime no diera gasto completo, ni un solo día se quedaron sin comer.

Era lo que se dice, una confianza ciega. Tan ciega era que nunca notó un cambio en la conducta de su mujer, que un día harta, se marchó dejándole una breve carta en una hoja doblada en cuatro.

"me voy, no aguanto más"


Cuando termino de leer, arrugando el papel se repetía para sí: Ingrata, hacerme eso a mí que tanta confianza te tuve...
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