jueves, 6 de diciembre de 2012

Preparación


Un nuevo rico que recien había ganado el premio mayor de la Lotería llegó a la agencia de autos de superlujo y pidió un modelo. Lo pagó, se subió, lo encendió y arrancó a toda velocidad para proyectarse contra los aparadores cuando lo intentó sacar del local, en una consecuencia práctica de intentar moverlo sin saber conducir.

Tener dinero para comprar un auto no da por si la capacidad de saberlo manejar, así como poner un negocio no trae necesariamente de la mano los conocimientos empresariales. Celebrar una boda no prepara para la relación de pareja y engendrar un hijo no nos provee de los conocimientos para ser buenos padres. Los conocimientos necesarios para mejorar en nuestra vida generalmente los debemos adquirir por separado.

De la forma en la que nos procuremos de conocimientos e información dependerán en mucho nuestros resultados, pues la carencia de datos y métodos son altamente perjudiciales en cualquier actividad. Por ejemplo, casi todos saben que el freno es para detener el vehículo, pero no todos saben las consecuencias de aplicarlo a fondo a altas velocidades. En algunas ocasiones de emergencia, vale más frenar lentamente para detener el auto que hacerlo de forma brusca, aunque parezca paradójico. Esto es tocando el tema de conducción. Pero podemos tocar puntos igual de comunes como son las relaciones padres e hijos o de pareja. Algunas decisiones, con el conocimiento y la experiencia adecuados, se tomarían en un sentido que podría parecer paradójico a quien no posee esa información.

Por ejemplo, en ocasiones se daña a los hijos tomando decisiones con la firme convicción de que se les está ayudando. A veces, por protegerles se les expone al peligro.

Todos los días miles de millones de personas conducen autos, todos los días hay choques, lesionados y daños a esos autos por la impericia en el manejo, por falta de capacidad. A pesar de ello, los cursos de manejo o de mantenimiento mecánico no son lo populares y difundidos que debieran ser. Seguramente muchas personas que han perdido la vida en percances automovilisticos la hubieran salvado de tener las habilidades y conocimientos óptimos necesarios para conducir, pero se conformaron con poderlo mover y saber echarle gasolina.

Todos los días las familias se ven expuestas al peligro de malas y torpes decisiones, con figuras paternas que van desde el autoritarismo a la sumisión, con la consecuente pérdida de autoridad. Los cursos para aprender a ser padres, al igual que los de conducir, no son muy socorridos y muchos hijos acaban afectados y afectando a su vez. Si nos prepararamos para ser padres desechando la idea de que por tener hijos ya estamos programados, nuestras decisiones serian mejores y por lo tanto nuestros resultados también.